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JUAN CARLOS SAVATER NEGRO

Entrevista a Juan Carlos Savater

27 febrero - 17 julio 2020

*pintura *exposición

[San Sebastián, 1953]

Se traslada a Madrid y estudia en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Durante un tiempo realizará trabajos para el mundo del teatro y el títere. Presentó sus primeras obras en una exposición colectiva de la Galería Multitud de Madrid en 1977. Esta galería fue impulsada por los críticos de arte Ángel González y, quien sería esencial para su carrera, Francisco Calvo Serraller, con quien entablaría una profunda amistad.

En 1987 participa en la muestra colectiva del Centro Nacional de Arte Museo Reina Sofía “Naturalezas españolas, 1940-1987”; Ese mismo año participa en la exposición “Dinamiques et Interrogations” del Musée d´art moderne de la Ville de Paris, gracias a la cual su obra adquiere una proyección internacional, que se consolidará al exhibir su obra el año siguiente en “Aperto 88” (Bienal de Venecia) y en la exposición “Los años ochenta, artista espagnoli Contemporanei” en Milán.

Recientemente, ha expuesto en la Fundación Juan March (2018) dentro de la exposición “El principio Asia”. Este mismo año realizó la exposición “12 amaneceres” en la galería madrileña Leandro Navarro; galería a la que estamos muy agradecidos por cedernos tres piezas de sus fondos para nuestra exposición “Encarnaciones” que podréis visitar hasta el 7 de junio.

 

1) Cuéntanos algo de tu evolución como pintor y el momento actual de tu pintura

He cambiado muchas veces de forma de pintar desde la juventud y es algo que me ha dado siempre bastantes quebraderos de cabeza, y más aún a los coleccionistas y galeristas. Esto, que acepto ya como una característica más de mi obra, creo que ha contribuido mucho también a que mi carrera artística no haya sido, en general, fácil. La causa de estos cambios puede ser que mi trabajo siempre ha tenido una parte, digamos experimental, y que, a mi modo de ver, tiene mucha importancia en el juego de la emoción y la intensidad. Así, mi pintura no ha dejado de ir pasando por estaciones, por decirlo de algún modo, formalmente muy diversas. Aunque también es cierto, y creo que es lo más importante, que el fondo o el contenido de toda esta aparente diversidad ha sido siempre el mismo. Por ejemplo, de tres de las pinturas expuestas en esta exposición en O Lumen (Cristo sobre el mar, Lázaro duerme y S. Juan entrando en el desierto) he realizado numerosas versiones diferentes en diversas épocas. Ahora que ya soy bastante veterano en esto, veo con enorme claridad que he pintado siempre lo mismo, pero de maneras diferentes. Seguramente es mi forma de afrontar el misterio. Tengo fe en lo que sé que siempre me voy a encontrar más allá de lo desconocido, pero necesito eso desconocido para poder pintar. 

La exposición que acaba de terminar hace unas semanas en la galería Leandro Navarro, recoge mi trabajo de estos últimos cuatro años y, para mí, tiene un espíritu muy similar al que recuerdo en algunas obras de mi temprana juventud. Veo estas pinturas como una especie de compendio de todo lo que siempre he tratado de trasmitir. 

2) ¿A quién se dirige tu pintura?

 Me parece que mi pintura se dirige a cualquiera que continúe interesado por la belleza y su trascendencia, y no esté completamente atrapado por las cadenas y los tópicos de lo que se supone que debe ser el arte contemporáneo actual.

 3) ¿Cómo ves el vínculo entre pintura y espiritualidad?

 Yo siempre he considerado mi pintura como religiosa, y no solo como algo vagamente espiritual. Cuando era más joven, creía que la pintura podía ser un camino hacia el conocimiento religioso y ahora veo que no es así. Pero he comprendido que sí es algo que puede señalar directamente lo sagrado o, de cierta manera, lograr que nos volvamos hacia ello.

 4) ¿Qué has querido expresar en tu cuadro “Noche verdadera” en la exposición de Encarnaciones?

No me gusta hablar de mis cuadros como si fueran ilustraciones de algo determinado porque no lo son. La mayoría de las veces no puedo captar el posible significado de todo lo que va surgiendo en la pintura, y lo prefiero así. Respecto a esta pintura, el título “Noche verdadera” me lo sugirió una poesía del poeta americano Gary Snyder, con ese título. Esta poesía parece confrontar el profundo misterio de nuestra existencia, desde un punto de vista del budismo. Yo quise personalizar aquí ese misterio de lo Real en la figura de Cristo. Es un encuentro nocturno, con la luna iluminando por detrás, que hace que su rostro se vea solo vagamente... Él, seguido de sus discípulos, es confrontado en un camino estrecho y ya sin escapatoria posible. 

Creo que esta es la noche verdadera; el completo abandono en el Padre que él mismo nos mostró.