Entrevista a Cristino de Vera

[Santa Cruz de Tenerife, 1931]

En los años 50 estudia arte en Madrid con el pintor Daniel Vázquez Díaz.

A lo largo de su larga carrera celebra diferentes exposiciones entre las que podríamos destacar: 1996, "Cristino de Vera. Dibujos", un monográfico en el Museo de Arte Nacional Reina Sofía; 2001 "Cristino de Vera. En la casa del tiempo", exposición de pintura y grabado en el Museo Arqueologico Nacional; 2018, "Cristino de Vera: Al silencio" Caixaforum Madrid.

En 2002 y en reconocimiento a toda una carrera se le otorgó la Medalla de Oro a las Bellas Artes y en 2009 se inaugura en San Cristóbal de la Laguna, Tenerife, la Fundación Cristino de Vera, Espacio Cultural CajaCanarias.

1) Cuéntanos algo de tu evolución como pintor y el momento actual de tu pintura.

Yo siempre he buscado en mi pintura la dignidad divina del Cristianismo.

A veces teñida con cierta influencia oriental que roza el Tao. En cierta manera, con mis modestos medios, haciéndome eco de esa frase del Buda “Todo es vacuidad”, llegar al espejo de la nada y que el espíritu de Dios esté por allí.

2) ¿A quien se dirige tu pintura?

Cuando yo pintaba pensaba en Fra Angélico que, desde que estuve en Italia, siempre fue un ejemplo de concentración para mí, cuando rezaba, antes de empezar a pintar en San Marcos de Florencia. 

Mi pintura se dirige al reflejo de Dios el Misericordioso y a los que hayan podido llegar a la contemplación espiritual.

3) ¿Cómo ves el vínculo entre pintura y espiritualidad?

Sin el Arte yo no concibo parte de la existencia. Todo lo que lleva a la Divinidad tiene un componente de varias cosas de las Artes. La pintura tiene componentes del Arte Musical, La Pasión según San Mateo de Juan Sebastián Bach, El Mesías de Haendel y tantas conexiones que nos llevan a pensar con el Alma y no con la razón.

4) ¿Qué has querido expresar en tu cuadro “Crucifixión “en la exposición de Encarnaciones?

El Dolor y el Amor llevados al Éxtasis por el sufrimiento de Jesús.